Todo taller debe de tener en la fachada y fácilmente visible una placa distintiva donde se expone la actividad que desarrolla: si tiene dibujada una llave inglesa indica que es un taller mecánico, una flecha quebrada reparaciones de electricidad, un martillo, arreglos de carrocería y una pistola muestra que es un taller de pintura. En la parte inferior se muestra las siglas de la provincia y el número de inscripción en el registro industrial. Esta placa es importante para asegurarte de que se trata de un taller legal y que trabaja conforme la normativa específica de su especialidad.
Antes de reparar tu coche puedes solicitar al taller un presupuesto donde figuren las reparaciones que se van a efectuar y los elementos que es necesario sustituir. El taller se ajustará a los arreglos que figuran en el presupuesto. Si durante la reparación surgiesen otros daños que no se apreciaban en el presupuesto el taller tiene la obligación de informarte de dicho daños así como del precio de su arreglo. Sólo podrán trabajar con tu consentimiento.
Es obligatorio que el taller tenga a la vista una lista de precios de la mano de obra, el horario de atención al público, una breve información sobre los derechos del usuario. Además debe indicar que posee hojas de reclamación a disposición de sus clientes.
Todos los talleres están obligados a entregar una factura escrita, firmada y sellada, con el desglose de la reparación, mano de obra, piezas… Además debe figurar la garantía de la reparación.
Haz preguntas, pues un buen taller responderá todas tus dudas sin problemas. Ofrecer un servicio profesional implica aclarar las cuestiones que pueda tener el cliente, darle presupuestos y atender sus necesidades de forma efectiva.